Lavinia Fontana, la gran manierista.

Lavinia Fontana. “Autorretrato tocando la espineta”. 1577. Óleo sobre lienzo. Accademia Nazionale di San Luca, Roma.

Lavinia Fontana (1552–1614)

Lavinia Fontana fue una notable pintora italiana del manierismo y el primer barroco, llegó a ser pintora oficial de la corte del papa Clemente VIII.

Fontana, nació en Bolonia, que en la época era un prestigioso centro cultural, y además destacaba por su progresismo. Las mujeres, lejos de tener igualdad, se les permitía ir a la universidad en esta ciudad.

Hija del pintor Prospero Fontana perteneciente a la escuela de Bolonia, aprendió el oficio al estilo manierista y empezó a hacer retratos, con los que empezó a tener cierta popularidad. Su enlace con el pintor Gian Paolo Zappi no le pesó a su trayectoria. Viendo que la que valía para esto era Lavinia, su esposo se dedicó a cuidar de los 11 hijos del matrimonio, y a auxiliar a su mujer en el taller. Un ejemplo de conciliación poco habitual en los tiempos en los que le tocó vivir. Así, al final Lavinia consiguió forjarse una carrera en Roma bajo el mecenazgo del Papa.

Su estilo es similar al de cualquier pintor masculino de la época: un arte religioso claro, directo y fácil. El uso de colores vivos típicos de escuela veneciana fue una de sus señas de identidad. Maestra en los retratos, pintaba a los modelos con gran espontaneidad, deteniéndose en la reproducción realista de los ropajes y las joyas.

Fontana coleccionaba antigüedades y siempre fue una mujer con gran interés cultural para la época. Gracias a trabajar para el Papa gozó de bastante fama y reconocimiento, y debido a ello agradecemos que sus obras hayan llegado hasta nuestros días, en los que poco a poco Lavinia recobra la fama que en su momento cosechó.